Los Valles Pasiegos esconden tesoros visuales que fascinan a locales y visitantes. Cinco de sus miradores más emblemáticos, La Braguía, Covalruyo, Lunada, Estacas de Trueba y el Puerto del Escudo, ofrecen vistas espectaculares que narran historias de un paisaje vivo, modelado por la naturaleza y la mano del hombre.

Cinco miradores emblemáticos de los Valles Pasiegos.Mirador del Puerto de La Braguía: Contrastes del mundo pasiego.
Situado entre las ondulantes colinas de la cordillera Cantábrica, el mirador de La Braguía ofrece un punto privilegiado para observar dos mundos: al sur, las montañas que conectan con el Puerto del Escudo y el macizo de Castro Valnera; al norte, el mosaico cultural pasiego, donde prados, cabañas y muros de piedra cuentan historias de generaciones dedicadas a la ganadería.

El impacto visual de los aerogeneradores y el abandono gradual de la agricultura tradicional contrastan con los pastizales y bosques en regeneración, creando un paisaje en transformación. Desde aquí, las vistas del Valle del Pisueña destacan por su belleza y dinamismo, con pequeñas aldeas, cabañas tradicionales y una transición hacia paisajes abiertos y de mayor actividad ganadera.

Cinco miradores emblemáticos de los Valles Pasiegos.Mirador de Covalruyo: Entre el glaciarismo y el bosque pasiego.
Ubicado en las estribaciones del puerto de Lunada, Covalruyo es un lugar donde el glaciarismo cuaternario y el tradicional paisaje pasiego convergen en perfecta armonía. Aquí, el visitante puede apreciar las morrenas glaciares, lagunas de obturación y el característico mosaico de fincas delimitadas por setos y muros de piedra.

Uno de los puntos más destacados es el hayedo de La Zamina, que desafía las laderas kársticas y narra una historia de resistencia ante el esquilmo forestal de siglos pasados. Este nicho ecológico se combina con la cabecera del valle, marcada por el flujo de hielo y las intervenciones humanas, como caminos y construcciones rurales que dejan una huella distintiva en el paisaje.

Cinco miradores emblemáticos de los Valles Pasiegos.Mirador del Puerto del Escudo: Historia y panorámicas monumentales.
Conectando Cantabria y Burgos a través de la carretera N-623, el Puerto del Escudo es un punto de referencia histórico y paisajístico. A más de 1.000 metros de altitud, este mirador ofrece vistas impresionantes de los Valles Pasiegos y la Sierra del Escudo.

Desde su mirador, se pueden contemplar las verdes laderas salpicadas de cabañas pasiegas, el río Magdalena y las cumbres montañosas que enmarcan este enclave. A ambos lados del Puerto del Escudo, los visitantes pueden disfrutar de un paisaje impresionante, repleto de patrimonio arquitectónico y cultural, así como de una rica oferta gastronómica.

Cinco miradores emblemáticos de los Valles Pasiegos.Mirador de Lunada: La conexión entre Cantabria y Castilla.
Ubicado en el puerto de Lunada, dentro del municipio de San Roque de Riomiera, este mirador marca la conexión entre Cantabria y la vertiente burgalesa, atravesando la cordillera Cantábrica. Desde aquí, el paisaje ofrece una vista única donde las montañas se alzan majestuosas, combinando pastizales de altura, rocas escarpadas y valles que se abren paso hacia Espinosa de los Monteros.

El puerto de Lunada es un enclave de gran valor natural y cultural. Sus relieves glaciares y la vegetación autóctona conforman un escenario que parece detenido en el tiempo. En días despejados, las vistas se extienden hasta las montañas del alto Asón y las llanuras de Castilla, ofreciendo un contraste único entre el verde de Cantabria y los tonos más cálidos de la meseta.

Cinco miradores emblemáticos de los Valles Pasiegos.Mirador de Estacas de Trueba: Un balcón natural entre Cantabria y Burgos.
Situado en el puerto de Estacas de Trueba, a una altitud de 1.166 metros, este mirador ofrece una panorámica excepcional que conecta los Valles Pasiegos de Cantabria con la provincia de Burgos.

El acceso al mirador ha mejorado significativamente gracias a la reciente renovación de la carretera CA-631, que incluye un ensanchamiento de la vía y la creación de áreas de descanso para los visitantes.

Desde este punto, se pueden apreciar las imponentes colinas y valles que caracterizan la región, con paisajes que combinan verdes praderas, formaciones rocosas y la tradicional arquitectura pasiega.

Un viaje que fusiona paisaje y memoria
Estos cinco miradores invitan a descubrir la esencia de los Valles Pasiegos, donde cada rincón guarda una historia. Desde los prados y bosques regenerados de La Braguía, pasando por los relieves kársticos y glaciares de Covalruyo, hasta las panorámicas monumentales del Puerto del Escudo, cada parada es una ventana al pasado, presente y futuro de esta región única.

Prepárate para disfrutar de un recorrido que combina naturaleza, historia y cultura, y experimenta la magia de los Valles Pasiegos desde las alturas.