TURISMO ACTIVO PATRIMONIO

Cueva El Castillo

El Monte Castillo, una elevación caliza ubicada al borde del río Pas a su paso por Puente Viesgo, esconde en su interior un intrincado laberinto de cuevas y cavidades con manifestaciones rupestres paleolíticas.

De estas cuevas, frecuentadas por el hombre desde hace al menos 150.000 años, destaca por su valor arqueológico la de El Castillo, descubierta por Hermilio Alcalde del Río en 1903. Esta cueva ha supuesto un descubrimiento de gran valor para la comprensión del desarrollo y comportamiento humano durante la Prehistoria en el sudoeste de Europa.

Su depósito estratigráfico, de unos 20 metros de potencia, está situado en la zona exterior a modo de abrigo. Gracias a su registro arqueológico es posible tener un conocimiento de las condiciones ambientales, de la flora y fauna, de la anatomía humana, del desarrollo tecnológico, de las actividades económicas y del comportamiento social y simbólico de los últimos 150.000 años. Del Homo neandertal y del Homo sapiens, de periodos glaciares e interglaciares, de fauna fría y fauna templada, de la organización de la caza, de la planificación en la explotación y el uso de los recursos naturales, de los procesos técnicos del trabajo del hueso, la piedra y el asta, de los adornos como elementos decorativos y de uso social, de los soportes decorados como formas de expresión artística y de cohesión social, y de un largo etcétera, hablan sus sedimentos y los materiales que en ellos se encuentran.

El interior de la cavidad  y sus más de 275 figuras, todas ellas correspondientes a los albores de la presencia del Homo sapiens en Europa, representan un paseo subterráneo por los orígenes del pensamiento simbólico, la mente abstracta y la expresión artística y son un auténtico referente para la Historia.

En las paredes de los casi 275 metros que el visitante recorre, se encuentran repartidas la mayor parte de las representaciones, ejemplificándose las técnicas, los temas y los recursos gráficos que los artistas del Paleolítico superior utilizaron para expresar parte de su mentalidad. En la actualidad esta cueva posee el arte paleolítico más antiguo del mundo de al menos 40 800 años de antigüedad.

Caballos, bisontes, ciervas, uros, ciervos, cabras, un mamut, etc., forman el elenco figurativo animal, un bestiario variado que representa una parte de los animales que cohabitaron con el hombre. Las referencias a la figura humana son numerosas pero abreviadas, expresadas mediante la mano, un motivo especial en esta cueva debido a su elevado número; más de 50. Los signos, formas geométricas o abstracciones, son abundantes. Destacan las llamadas nubes de puntos y las formas rectangulares, muchas de ellas complejas en su composición debido a las segmentaciones y los rellenos internos.

Dibujos y pinturas en rojo, negro o amarillo (cuyo colorante se aplicó a través de diferentes técnicas: lapicero, pincel, dedo, o aerógrafo, entre otros), grabados (en sus diferentes versiones, atendiendo a las características de los surcos) y al menos dos esculturas simples asociadas a la pintura, muestran un diverso elenco técnico.