Fresquera de Fiñumiga
Las primeras referencias de la Fresquera de Fiñumiga nos remontan hasta el año 1764 y están relacionadas con la actividad que desarrolló la Real Fábrica de cañones de Liérganes y La Cavada, debido a la necesidad frecuente de hielo para tratar a los trabajadores que allí desarrollaban su actividad y labores.
La metodología empleada se basa en la acumulación de grandes cantidades de hielo en época invernal, que mediante la presión se va convirtiendo en hielo.
La conservación está garantizada por su localización en una profunda y umbría hondonada rodeada de hayas, así como por su estructura edificada con muros gruesos a cal y canto, con un techo finalizado en falsa cúpula, que también se cubría de nieve.
Con una capacidad para albergar unas 20 toneladas de hielo fue una de las más destacadas de toda Cantabria, además de ser la que se mantuvo en funcionamiento durante más tiempo. Sin lugar a dudas un gran atractivo si se realiza la ruta del Macizo de las Enguinzas.
”Para llegar hasta ella hay que desviarse levemente del camino que recorre el Macizo de las Enguinzas, ya que se encuentra en una zona baja a cubierto que le permite realizar su función de nevera y conservar el hielo.
Otras opciones en la zona.
Entre las múltiples exposiciones que alberga el museo puede encontrarse información sobre el paisaje, la geografía, la diversidad natural entorno al río Miera, así como formas tradicionales de vida local.
Ofrece un interesante recorrido para conocer de primera mano reproducciones a escala real de pinturas de animales en tonalidades rojas y negras, se ha escenificado una habitación del Paleolítico superior y se han recreado esqueletos del oso de las cavernas.