Procedente de los Balcanes, el haya alcanzó esta comarca hace ya casi cuatro mil años y muestra una enorme capacidad de adaptación; casi sobre cualquier tipo de suelo, preferentemente en orientaciones al Norte o Nordeste, en áreas elevadas con abundantes precipitaciones se desarrolla de modo monoespecífico y genera sus propias condiciones ambientales, de manera que apenas permite competencia por el espacio que ocupa. Así ocurre en Zamina, en cuyo interior pueden apreciarse además singulares formas de karstificación.
