PR-S72 Cotero La Marruya se inicia en el camino balizado como PR-S 75 que va dirección al Valle de Aján, con primera instancia en las riberas del Río Yera. En su primer tramos se recorre por el fondo del valle a través de los cabañales de Horneo de Abajo, Arejos, Los Praones y El Enverao.
Es ésta un área de cabañal disperso, donde las pequeñas agrupaciones en barriada representan uno de los niveles intermedios del poblamiento pasiego, a medio camino entre la ocupación diseminada de las laderas, de ocupación estacional, y «la plaza» de poblamiento agrupado y ocupación permanente.
Mientras en el resto de la región el poblamiento se adapta a la topografía, ocupando preferentemente los fondos de los valles y los rellanos de media ladera, en las montañas pasiegas los condicionantes fisiográficos apenas tienen peso como factor explicativo de la organización territorial dispersa.
El mosaico que conforman las fincas cerradas, con muros a canto seco, las cabañas, como células de poblamiento del hábitat pasiego, los rodales de frondosas en las pendientes más acusadas y húmedas, y el entramado de sendas peoniles tradicionales que articulan el espacio de las laderas, caracterizan este entorno de esencias puramente pasiegas.
Una vez en el Cañao de Aján, es hora de disfrutar de un río especial, fuertemente torrencial, breve, rápido, muy encajado en las altas laderas pasiegas, muy umbrío, rebosante de caudal con frecuencia, tan bien como le alimentan las fuentes de nacedero en los altos de Hormaza, Brinía o La Marruya. En él aparecen representados casi todos los hábitats que conllevan a la protección del espacio como «LIC Río Pas».
Además de los ecosistemas propios de los ríos alpinos con vegetación leñosa en sus orillas de Salix eleagnos y los bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (Alno-Padion, Alnion incanae, Salicion albae) aparecen también brezales húmedos atlánticos de zonas templadas de Erica ciliaris y Erica tetralix; brezales secos europeos; prados pobres de siega de baja altitud (Alopecurus pratensis, Sanguisorba officinalis); formaciones herbosas con Nardus, con numerosas especies, sobre sustratos silíceos de zonas montañosas (y de zonas submontañosas de la Europa continental).
Respecto a las masas boscosas, destacan los hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque de Ilex y a veces de Taxus (Quercion robori-petreae o Ilici-fagenion) y los robledales pedunculados o albares subatlánticos y medioeuropeos del Carpinion betuli.
A la altura del Mingán, un puente sobre el río permite el acceso a los antiguos barracones de los obreros del frustrado e inconcluso ferrocarril Santander- Mediterráneo.
Desde la boca Norte del túnel de La Engaña, cruzando el río Aján, accedemos a un hayedo que ocupa la parte inferior y umbría de la ladera; el sendero asciende entre el interior del bosque y algunas zonas abiertas de landa atlántica hasta dar paso al cabañal de Brinías. Esta es la parte más dificultosa del recorrido por el desnivel que acumula, más de seiscientos metros hasta el Collado de La Marruya.
En el primer tramo de la ascensión aparecen media docena de cabañas dispuestas en otras tantas fincas cerradas al modo pasiego. Se trata del más destacado de los elementos patrimoniales de la comarca. Este patrimonio construido agrupa en su conjunto cerca de 10.000 edificios que simbolizan un modo de vida, ocupación y aprovechamiento del espacio pastoril con casi quinientos años de historia. El tipo más habitual es un edificio de planta rectangular con 11 metros de desarrollo de fondo y una anchura de unos 6,70 metros, de mampostería o sillarejo, «a canto y lodo», puertas rasgadas (sobre marco de madera, con jambas sin esconce), pequeños vanos y fachada de puertas contrapeadas en el muro corto, perpendicular al caballete.
Se alcanza la divisoria de aguas atlántica a la altura del Cotero de La Marruya. Al Sur queda la burgalesa Merindad de Valdeporres, en la cabecera del río Nela, vertiente al Ebro.
El cabañal de La Marruya presenta algunas curiosidades edificatorias poco frecuentes en el resto del mundo pasiego, y en particular los sistemas de protección a modo de paramento exterior frente a las grandes nevadas, tan frecuentes en los inviernos de estas montañas. Desde aquí la red hidrográfica que vierte al Pas es claramente perceptible.
Hemos de tomar el cordal de interfluvio entre la cabecera occidental de Aján y el Arroyo Bustalvain que surte aguas abajo el fluir del Viaña. Lo haremos en primera instancia a través del cabañal de Lamesalcarro y los sucesivos del Coterón, La Estoja y Falacuesta, siempre en la mencionada divisoria de aguas.
Desde este punto regresamos a Vega de Pas siguiendo el tramo balizado del GR-74, «Corredor Oriental de Cantabria» en la etapa Vega de Pas – San Pedro del Romeral. Así se atraviesan los cabañales del Rellano y El Cuadro, en su cordal superior, en dirección a La Torre y La Frente, para descender hacia el barrio vegano de Candolías.