PR-S73 Macizo de las Enguinzas se caracteriza por el poroso de las calizas que es idóneo para el desarrollo de procesos de karstificación generalizados que forman diferentes formas asociadas a la acción erosiva del agua sobre este tipo de material.

El macizo se enclava en el valle medio del Miera, y se individualiza nítidamente al Sur; esa ruptura la define una continuidad del gran cabalgamiento que da lugar hacia occidente a la Sierra del Escudo de Cabuérniga, uno de los más destacados accidentes téctónicos de la región, que marca de forma nítida la separación entre los valles interiores y las sierras prelitorales.

En el interior del macizo, las líneas de debilidad estructural siguen este entramado Oeste-Este o más bien Noroeste-Sureste, como refleja muy bien la fisiografía de grandes depresiones adaptadas a una de esas fallas, y que tendremos oportunidad de reconocer en este itinerario, los hoyos de Castrejón-Fiñumiga-Yugo Ruyo y Juntarnosa-Irías.

En la primera parte del camino propuesto, precisamente hasta el Hoyo de Castrejón, otra de las grandes líneas de falla del macizo pone en contacto, justamente sobre el propio discurrir del sendero, las calizas con rudistas que se generalizan en el macizo, propias de la formación del cretácico inferior aptiense, con un afloramiento de margas oscuras, margocalizas y areniscas sobre las que se desarrolla un irregular pastizal en las inmediaciones de La Cantolla. El camino de Guspedroso, o «Calzada de las peñas»que así se conoce esta senda, aparece en muchos tramos empedrado, incluso conserva algunos muretes de soporte; en siglos pasados debió conocer cierto ajetreo de la carretería utilizada para abastecer de madera de los bosques merachos a las Reales Fábricas de artillería de Liérganes y La Cavada.

Antes de alcanzar el Hoyo de Castrejón se atraviesa una zona intensamente karstificada, un amplio lapiaz repleto de formas caprichosas logradas por el agua en su acción erosiva sobre la caliza, desde grandes agujas a pequeñas acanaladuras en la roca que generan un ambiente ciertamente duro, de extrema sequedad edáfica, en donde la adaptación de la escasa vegetación colonizadora se limita a los fondos de las dolinas, allí donde las arcillas procedentes de la decalcificación generan un breve suelo.

El Hoyo Castrejón aparece atravesado por la senda que permite acceder a los Pozos de Noja, en realidad dos embalses de origen artificial que fueron utilizados en su día por la Electra Pasiega para retener el agua que habría de abastecer aguas abajo sendas turbinas de generación de energía eléctrica. La amplia depresión kárstica de Castrejón tiene un especial encanto; este se deriva de la armoniosa fusión entre la arrogante naturaleza kárstica, y la bucólica sencillez de las cabañas pastoriles que ocupan la pradería, tan laboriosamente ganada a las calizas.

Reconocido el Hoyo de Castrejón regresaremos para tomar a la derecha el camino que conduce a Fiñumiga. Entre el bosque de hayas, que ocupa una vaguada de fuerte pendiente orientada al Norte, encontrará el visitante la curiosa arquitectura de un antiguo helero del siglo XVIII, una edificación en piedra de planta circular, cubierta por una falsa cúpula, que daba cabida a veinte toneladas de hielo prensado a partir de la nieve de estas montañas, cuyo destino debió ser a menudo medicinal, con el fin de atender a los obreros que sufrían quemaduras en las fábricas de artillería de Liérganes y La Cavada.

El Hoyo de Juntarnosa es la siguiente referencia en el camino, una gran depresión de origen kárstico que se atraviesa a media ladera siguiendo un sendero más o menos definido por el tránsito del ganado hacia la derecha del gran hoyo. Antes se recorre un típico paisaje meracho de prados en un entorno calizo, con varias cabañas de estética pasiega y aislados rodales de fresno, hayas y avellanos.

Al atravesar Juntarnosa el caminante avista el valle principal del río Miera. El regreso hasta el punto de partida se lleva a cabo a través de sendas y pistas forestales que recorren el sector oriental del macizo, accediendo en primer lugar al barrio de Irías y atravesando seguidamente los pastizales y bosquetes de frondosas del ámbito de Hondales.