Santa María de Miera, una joya del patrimonio cultural

La Iglesia de Santa María de Miera, también conocida como la «catedral de Miera» por sus dimensiones monumentales, es una muestra excepcional del patrimonio cultural meracho. 

Aunque su construcción se inició en el S. XV., en la iglesia que se erige actualmente en La Cárcoba se pueden apreciar restos de diversas épocas. Los primeros trabajos comenzaron a finales de este siglo por la cabecera, de los que aún se conservan el presbiterio y los pilares del crucero, con sus molduras y capiteles góticos. En los dos siglos posteriores se erigen la nave central, las bóvedas de terceletes que la cubren y la portada principal con un estilo barroco contrareformista. La potente torre, que también data del S. XVII, fue rematada con un cuerpo de campanas en 1683.

Iglesia de Santa María

Sorprende la gran amplitud del interior de la iglesia y sus esbeltos pilares, aparentemente similares pero realizados en distintas épocas y con distintos estilos. Las tres grandes bóvedas de terceletes de la nave central aparecen decoradas con pinturas de temas geométricos y figuritas angélicas. También se puede apreciar un reiterada representación del cuerno de la abundancia, en referencia quizás a la voluntad de algún indiano salido de este valle que hiciera fortuna en las américas.

No es posible hablar del valor cultural de la Iglesia de Santa María de Miera sin mencionar su excelente conjunto de retablos del S. XVII. El más importante de ellos, el retablo mayor, es obra de Hernando de Malla y se encuentra entre los más relevantes de toda la Comunidad Autónoma.

Hay dos historias que se remontan cerca del año 1600 y que dan inicio a una de las traiciones más antiguas de cuantas se celebran en la comarca de los Valles Pasiegos. Es la tradicional peregrinación que año tras año, y desde hace centurias, se hace desde la localidad de Lloreda hasta el barrio de La Cárcoba en el Ayuntamiento de Miera.
La primera de las historias refiere a una peste que azotaba la zona y que se había cobrado a casi una cuarta parte de la población de aquellos años, por lo que los vecinos de estos municipios prometieron que si la epidemia desaparecía, peregrinarían hasta la Virgen de Miera con ofrendas todos los años. La peste remitió y los vecinos desde entonces cumplen con su promesa anualmente.
La otra versión indica que habiendo pasado Santa María de Miera a depender de la Abadía de Santander, los conventos de la zona de Santa María de Cayón debían cumplir sus compromisos dinerarios con la iglesia meracha, por lo que los vecinos de cada pueblo acompañaban al encargado del transporte de dineros anualmente para que no sufriera ningún tipo de contratiempos.
Sea cual fuere la verdadera historia, lo cierto es que desde aquellos años los vecinos de Lloreda de Cayón peregrinan año tras año hasta la localidad de Miera. Como siempre la cita es el primer domingo de mayo.
Iglesia de Santa María
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Iglesia de Santa María

Entre las múltiples exposiciones que alberga el museo puede encontrarse información sobre el paisaje, la geografía, la diversidad natural entorno al río Miera, así como formas tradicionales de vida local.

Iglesia de Santa María

Ofrece un interesante recorrido para conocer de primera mano reproducciones a escala real de pinturas de animales en tonalidades rojas y negras, se ha escenificado una habitación del Paleolítico superior y se han recreado esqueletos del oso de las cavernas.